martes, 11 de octubre de 2011

A dos años

Ellos creyeron que sería fácil,
que un papel y una firma respaldaría su cinismo,
que las gargantas permanecerían ahogadas
y los puños atados con sumisión e indiferencia.

Creyeron que la pluma que escribe la historia
estaría siempre en sus sucias manos,
que su veneno egoísta se inyectaría también
en el corazón que iluminó millones de hogares.

Utilizaron, además, los ladridos de las bestias
que legitiman su actuar perverso por televisión,
esperando que ingiramos, como pan de cada día,
sus teatros y descaradas mentiras.

Pero los trabajadores de la luz
decidieron que su dignidad no tiene precio,
que la defensa del derecho y la justicia
es más que un bonito lema,
y que ellos, los traidores,
no serán los dueños del futuro.

Decidieron que es tiempo de que sus manos,
las manos del trabajador,
del hacedor de todo
y poseedor de nada,
se empuñen unidas
y arrebaten aquello que les pertenece,
su trabajo, sí,
pero más importante:
su vida y su historia.
Y comenzó a trazarse el camino
de una heroica resistencia,
arrancándose miedos y dudas,
colocándose firmes frente al opresor
para sostenerle la mirada
y desarmarlo con verdad y razón.

El camino ha sido duro,
enfrentándose al descrédito,
la cárcel y la represión,
e incluso a la desesperanza,
a la tristeza o a la desesperación.

Las pérdidas han sido enormes e irreparables,
proyectos, estudios, familias, amigos,
vidas…
Pero los frutos de la lucha han germinado también,
y la conciencia, la solidaridad, la unión
y los sueños, son las consignas cotidianas.

Por eso alzan sus voces
en una exigencia de profundo cambio,
asumiendo la responsabilidad
de volverse sus generadores.

Entonces se convierten en ejemplo.

Hoy son ya dos años,
y el odio de los poderosos
sigue escupiendo nubes oscuras que ocultan el horizonte,
mas el vendaval de los electricistas
toma plazas y calles y avanza hacia la victoria,
y esa victoria no será sólo de ellos,
será del pueblo y para el pueblo,
será la semilla del mañana nuestro.

¡Viva la lucha del SME!

¡Hasta la victoria siempre!



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